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jueves, 25 de octubre de 2012

TOMMY MEL'S


Sí, lo sabemos, es una franquicia más y pedimos perdón de antemano, pero os podemos asegurar que la experiencia que tuvimos fue bastante anterior a que los restaurantes de esta marca floreciesen por toda la geografía local, invadiendo con el olor de sus parrillas todas nuestras calles.

Tras este momento de lloros y disculpas, comenzamos hablando, cómo no, de la decoración, quizás lo más vistoso y reconocible del local, ya que nos ofrece una estética basada profundamente en los drive-in típicos norteamericanos de los años '50, es más, hasta los camareros aquí tienen un aire rockabilly bastante gracioso. Las referencias a películas como "Grease" o "American Graffiti" son prácticamente obligatorias.

Nos sentamos, como no podía ser de otra forma, en un sillón acolchado de "eskai", sí, como los asientos de los coches cuando nuestros padres eran jóvenes y tras elogiar la decoración (como todo el que entra en estos locales por primera vez), recibimos la carta con los brazos abiertos y llenos de curiosidad. Dicha carta parecía pedirnos por sí misma que probásemos todas las variedades, nombradas de una forma un tanto original y siguiendo con el aire cincuentero.

Tras realizar nuestras decisiones y transmitírselas al camarero de turno, comentamos con él la originalidad del lugar y, oh sorpresa, no sólo compartía nuestra opinión, sino que estaba encantado con el sitio y, sobre todo, con la comida. Obviamente, nuestra ilusión fue en aumento tras este momento.


Pues bien, tras toda esta introducción, vamos a lo que realmente nos atañe: El tamaño de la hamburguesa es más que aceptable, con una carne bastante jugosa y bien realizada, aunque demasiado alta para su escaso diámetro (esto ya es personal, las hamburguesas me gustan un poco más anchas y no tan altas, que luego cuesta morderlas). El panecillo tenía su punto, pero no es de los mejores que he comido (ojo, tampoco de los peores, simplemente un aprobado) y los acompañamientos también cumplían su función, todo correcto.
Un detalle que parece que se olvida muchas veces y que aquí se cumple y es de agradecer: el queso está lo suficientemente derretido como para fundirse con la carne y el resto de ingredientes en cada bocado, GRACIAS.




Seguro que ya más de uno se estará preguntando que dónde está la trama. Pues bien, el sabor, ya desde el primer bocado, se torna contundente, nada preocupante, pero sí que noté demasiada cebolla en el ambiente, algo no iba bien... Y efectivamente, lo peor estaba por llegar, una digestión pesada, fruto del, posiblemente excesivo, procesamiento de los alimentos, no olvidemos que, al ser una franquicia, tendrá un proveedor de alimentos y estos pasan por muchas fases, demasiadas a veces.






En conclusión, todo correcto, destacando la decoración del lugar, hasta las hamburguesas que, aún siendo demasiado pesadas, cumplen su función pasando un poco por encima de la media, aunque sin llegar a ningún puesto alto en la clasificación. Eso sí, recomendamos humildemente no acudir a ningún Tommy Mel's por la noche si luego te vas a dormir, sufrirás la ira de los dioses si lo haces. Por lo que os comentamos, acudid a la hora de comer, os saciará y pasaréis un buen rato con el ambiente.


Para conocer más sobre esta franquicia y sus locales: www.tommymels.com




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